lunes, 26 de septiembre de 2016

Perlas a los cerdos

No echar perlas a los cerdos es una figura retórica cuyo significado es muy simple: no dar el evangelio a aquellos que lo rechazan, lo manipulan a conveniencia. Dice Pedro que aun la puerca recién limpia siempre vuelve a ensuciarse. Así comenzó la mañana del sábado 24 de 2016, algo lluviosa y fría. En el metro Auditorio bajaron los cerdos con sus ropas limpias de inmaculado color blanco, pronto habrían de volver a la suciedad, ellos se hacían llamar Frente NAZIonal por la Familia; los otros con banderas arcoíris bajaron en Metro Insurgentes rumbo a la Zona Rosa, un espacio icónico dedicado a la tolerancia y las malas artes.

Según la paremióloga Kamila Tutáeva, investigadora de la Universidad de Kazán, Rusia, describe al puerco como una persona que hace el mal, que es grosera. De un lado habían los miles de porcinos y otras bestias que danzaban frenéticamente entre rituales de sahumerios  con olor a incienso, elevaban las manos al dios violento del Antiguo Testamento, casi transfigurado. La victoria alada en la figura del Ángel de la Independencia les daba la espalda, ofrecía los laureles a otro grupo que movía las caderas al ritmo de joteras canciones, todas eran reinas, princesas y princesos, ellos cuajados de guirnaldas y flores, flores que recordaban  un tiempo pasado y hippie; y en medio de ambos bandos la policía capitalina. Miles de policías y granaderos cuya única tarea no era otra que proteger a las maricas del odio de aquellos sambenitos y familias vestidas de Ku Klux Klan y puritanismo recalcitrante. Según los evangélicos fueron más de 400 mil almas puras y santas, pero sabemos que lo suyo es lo hiperbólico. Según las cifras oficiales no fueron más de 20 mil, aunque sabemos que lo oficial es subestimar. Lo cierto es que a ojo de buen drón, no hubieron muchos, ni de un bando ni del otro, menos del otro, muchos menos.

El cerdo es también una metáfora fraseológica del tipo zoonímico, asociada con la voracidad, gordura, suciedad y la imposibilidad. Culturalmente el cerdo es un animal impuro, despreciable, ignorante. Si la consigna del Papa Francisco era armar lío, también estaban dispuestas las maricas a armar otro tanto. A diferencia de las marchas intolerantes de los NAZIonalistas en otros estados y pueblos al interior de la República, en esta ocasión no lo iban a tener fácil, La Ciudad de México no se deja amedrentar, se preparó para recibir a la Puta de Babilonia con Orgullo y resistir el asedio. Las maricas al interior de Jericó no se mueven, no huyen, no se arredran ante las trompetas de los cerdos, la muralla sigue intacta, los Derechos no se apuestan. ¡Al César lo que es del César y adiós que les vaya bien! ¿A qué vinieron los santos entre los santos a meterse a la guarida del sodomita en Zona Rosa?

El Nuevo Imperio Gay ha defendido su territorio, el rayo homosexualizador es contundente. En la mitología, en la Suovetaurilia, dedicada  a la fertilidad y la purificación era un cerdo el que se sacrificaba en honor a Marte. La guerra ideológica había comenzado. El derecho a la felicidad por un lado y por el otro los intereses de la transnacional iglesia caótica, la ramera que infecta y muerde los talones, la infalibilidad del príncipe de esta tierra se había echado a la basura. Dios por un lado con toda su corte celestial y por el otro Marte, Venus, Eros, Cupido, Atenea. Virgilio profetizaba:

¡Cuántos creen allá arriba ser grandes reyes,

que aquí estarán, como cerdos en el barro,
dejando tras de sí horribles infamias!


            Llegaron por miles los cerdos en camiones, los acarreados de otras porquerizas se unieron a los locales para después ir a pasear a Chapultepec, a dar la vuelta y tomarse la foto encaramados en caballos de plástico con una torta bajo el brazo, creyendo que la vida es un danzón, viendo otakus en el Paseo de los Leones sin poder dar crédito (pecadores todos menos ellos), señalaban de un lado al otro como venados lampareados en la carretera. La ciudad les atronaba los sentidos. En la Ciudad de los Derechos no pudieron haber congregado a miles, necesitaban de la ignorante disposición de los aldeanos con sus provinciales costumbres de nunca preguntar el por qué, siempre siervos dispuestos a vender su alma por un viaje a la ciudad, hombres mujeres y niños, esclavos del señor feudal, del obispo, arzobispo y cardenal lisonjero y violento.

 En el evangelio de Lucas, Jesús exorciza a un hombre y los demonios toman posesión de los cerdos para después despeñarse. El despeñadero era Reforma. Vinieron, alabaron, protestaron, insultaron, violentaron y se fueron a sus templos de odio. ¿Qué me ves marica? ¡Sigue tu camino puto! ¡Te vas a condenar joto! Las maricas se quedaron, querían tomar el Ángel, defender sus posturas. Ellos ponían a sus hijos a sus espaldas, siempre protegiéndolos de la ignominia; los otros ponían a sus hijos al frente como la cruzada de los infantes, como carne de cañón.

También marcharon con el Frente NAZIonal por la Familia un grupo de Morenazis, hombres y mujeres que hubieran sido las primeras víctimas en la Noche de los Cristales Rotos. Seres malignos con la piel del color de la Guadalupana, con corazón del Tepeyac, hijos fieles al Nican Mopohua y también a las Leyes de Núremberg. Estos cerdos, Neo Morenazis mexicanos, hubieran servido de ejemplo para la Rassenhygiene. Porque en el Frente NAZIonal caben todos los que discriminan: racistas, homofóbicos, lesbofóbicos, misóginos, curas, católicos, cristianos, sectarios… He aquí cuando la ignorancia toma forma de porcino.

Pero también llegaron las feministas radicales y los anarquistas, primero con las maricas a ofrecer su brazo violentador y después a ponerle frente a los evangélicos, pero fueron encapsulados por los policías y nada pudieron hacer. Y del lado de los elegebeteros se escucharon todas la voces: una mujer heterosexual que ofrecía la ciencia como la única verdad y absoluta, otros con listas negras para exhibir la homosexualidad de sacerdotes como si fuera un crimen ser homosexual o sacerdote, algunos poniendo en duda el ciberactivismo en contraposición del activismo de a pie, de la lucha ideológica y docente de las redes con aquella que solo se consigue en las calles, otros más en plan protagónico, las actimismas que se ocupan y preocupan en confundir y separar a la comunidad rosa, algún empresario despistado (los demás no llegaron), Andreuccios traídos desde Perugia para el divertimento insano. 

 Fueron muchos los que se pronunciaron. Todos tenían claro que era un foro abierto, democrático, sin abucheos y respetuoso a medias: todas las voces.

Del lado de la mariconería habían intelectuales, posicionamientos de universidades, profesionistas, escritores, sacerdotes libres, obispos ecuménicos, travestis retadoras… Del otro lado miles de ignorantes que vitoreaban las voces de clérigos fanáticos, violadores, criminales; los fans de dios, los acarreados, los duros de corazón, los hipócritas, los sepulcros blanqueados… ¡Más Derechos y menos sacramentos!

Dios te salve María, madre de alquiler.

Llena eres con gracia.
El señor ha pagado tu vientre.
Bendita eres madre subrogada, entre todas las infértiles.
Y bendito es el fruto celestial in vitro de tu vientre.
Amén.


Holy Mary, madre de Dior,
Ruega por nosotros fashionistas,
Ahora y en la hora de nuestro presupuesto limitado.
Amén.

Padre nuestro,
Que estás en el Vaticano,
Santificadas sea tus obras criminales,
Hágase la voluntad de tus sacerdotes en nuestros hijos,
Así en los orfanatos como en los coros y confesionarios,
Los abusos de tus curas dánoslos hoy,
Perdona a nuestros hijos sensuales
Así como perdonamos tus actos de lesa humanidad,
Y déjanos caer en la tentación de tu entrepierna,
Mas líbranos del bien.




1 comentario:

  1. ojala que llegue el dia donde vean las fotos y se averguencen. como pasó con los que en la época de la desegregación racial iban a las escuelas a tirarle tomates a los niños negros para que no entraran a las escuelas de blancos

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